viernes, 18 de junio de 2010

"RELATO DE VIOLETA"


“Relato de Violeta”

“Relato de Violeta o la importancia de tener amigos”

Violeta era una mujer muy fantasiosa de 72 años que acudía regularmente a mí
consulta de enfermería para tomarse las constantes vitales y al mismo tiempo recogía las recetas de su tratamiento crónico.

Violeta era una mujer viuda que vivía sola, que tenía una hija a la que veía poco...
que no tenía nietos....

Violeta era una mujer menudita, discreta, aunque no le gustaba pintarse, presentaba un aspecto muy aseado... olía a fragancia de Lima-limón.

Violeta siempre venía sonriendo y aparentemente parecía contenta, parecía ilusionada
y estaba impaciente por contarme sus sueños y sus esperanzas...

Unas veces me contaba que se había enamorado del cajero del banco donde cobraba la pensión... que cada mes esperaba impaciente que llegara el momento de cobrar la paga, como ella me decía, solo por verle y hablar con él,...decía que había notado un brillo especial en sus ojos cuando ella le miraba...

Otro día, me decía que ya no le interesaba el cajero, que se había enamorado perdidamente de un vecino con el que se cruzaba por la calle. Este vecino la saludaba muy amablemente, pero nunca conversaban, solo saludos y miradas insinuantes...según ella...

En la siguiente visita me decía que le habían dicho que su vecino era homosexual,
y ella se había llevado una decepción tan grande... que ya no le gustaba nadie.

Un día Violeta vino a mi consulta un poco triste, me confesó que no tenía amigas,
y cuando le pregunte el motivo, me respondió que no tenia dinero y que
su pensión no le llegaba para eso.
Ante su mirada triste, me quedé perpleja, no entendía
nada. Ella muy melancólica me dijo que. para tener amigas, necesitaba tener dinero.

Violeta decía que si unas amigas la proponían ir al cine...necesitaba dinero, para tomar la merienda en una cafetería...necesitaba dinero, y
si era el cumpleaños de alguna amiga, necesitaba dinero para comprarla un regalo, porque a ella no le gustaba ir con las manos vacías.
Porque las amistades hay que cuidarlas...me decía...pero como no puedo permitírmelo, pues no tengo amigas.

Me entristeció y me apeno porque Violeta se emocionaba al contarlo... incluso se le saltaban las lágrimas.

Sabía que podía contar con mi amistad, que no tenia que regalarme nada, porque...yo la escuchaba, pero algunos días yo no encontraba las palabras para rebatirle y hacerle cambiar de opinión.... y es que en cierta manera Violeta tenía razón... vivimos en una sociedad de consumo y para tener vida social y salir con amigos, hay que tener dinero.

Violeta acudió hace unos meses a mi consulta…., esta sería la última vez, le habían diagnosticado un tumor epidermoide en la lengua, este tumor, le impedía comunicarse conmigo (no podía hablar), pero a través de su mirada...y con las palabras temblorosas que me escribía...trasmitía todo.

La visité en su casa una sola vez...necesitaba una sonda nasogástrica para alimentarse y
al mirarme, esbozaba una tenue y triste sonrisa.

Violeta tuvo una vida y una muerte muy injusta... no se lo merecía y me impacto mucho su muerte.

Hoy he intentado relataros parte de su injusta vida para hacerle un homenaje,... su vida fue injusta... como la de tantas personas...en este mundo…

Violeta no tenía dinero para tener amigas y menos para comprarse un ordenador, si hubiera tenido un ordenador habría disfrutado de muchos amigos cibernéticos sin necesidad de gastarse dinero...

El mensaje que quiero trasmitir con esta historia es claro: El ser humano necesita tener amigos, es vital comunicarse y relacionarse con otras personas, y debemos cuidar y conservar siempre una bonita amistad, cueste lo que cueste....
Astrapia.