“Relato de Violeta”
“Relato de Violeta o la importancia de tener amigos”
Violeta era una mujer muy fantasiosa de 72 años que acudía regularmente a mí
consulta de enfermería para tomarse las constantes vitales y al mismo tiempo recogía las recetas de su tratamiento crónico.
“Relato de Violeta o la importancia de tener amigos”
Violeta era una mujer muy fantasiosa de 72 años que acudía regularmente a mí
consulta de enfermería para tomarse las constantes vitales y al mismo tiempo recogía las recetas de su tratamiento crónico.
Violeta era una mujer viuda que vivía sola, que tenía una hija a la que veía poco...
que no tenía nietos....
Violeta era una mujer menudita, discreta, aunque no le gustaba pintarse, presentaba un aspecto muy aseado... olía a fragancia de Lima-limón.
Violeta siempre venía sonriendo y aparentemente parecía contenta, parecía ilusionada
y estaba impaciente por contarme sus sueños y sus esperanzas...
Unas veces me contaba que se había enamorado del cajero del banco donde cobraba la pensión... que cada mes esperaba impaciente que llegara el momento de cobrar la paga, como ella me decía, solo por verle y hablar con él,...decía que había notado un brillo especial en sus ojos cuando ella le miraba...
Otro día, me decía que ya no le interesaba el cajero, que se había enamorado perdidamente de un vecino con el que se cruzaba por la calle. Este vecino la saludaba muy amablemente, pero nunca conversaban, solo saludos y miradas insinuantes...según ella...
En la siguiente visita me decía que le habían dicho que su vecino era homosexual,
y ella se había llevado una decepción tan grande... que ya no le gustaba nadie.
Un día Violeta vino a mi consulta un poco triste, me confesó que no tenía amigas,
y cuando le pregunte el motivo, me respondió que no tenia dinero y que
su pensión no le llegaba para eso.
Ante su mirada triste, me quedé perpleja, no entendía
nada. Ella muy melancólica me dijo que. para tener amigas, necesitaba tener dinero.
Violeta decía que si unas amigas la proponían ir al cine...necesitaba dinero, para tomar la merienda en una cafetería...necesitaba dinero, y
si era el cumpleaños de alguna amiga, necesitaba dinero para comprarla un regalo, porque a ella no le gustaba ir con las manos vacías.
Porque las amistades hay que cuidarlas...me decía...pero como no puedo permitírmelo, pues no tengo amigas.
Me entristeció y me apeno porque Violeta se emocionaba al contarlo... incluso se le saltaban las lágrimas.
Sabía que podía contar con mi amistad, que no tenia que regalarme nada, porque...yo la escuchaba, pero algunos días yo no encontraba las palabras para rebatirle y hacerle cambiar de opinión.... y es que en cierta manera Violeta tenía razón... vivimos en una sociedad de consumo y para tener vida social y salir con amigos, hay que tener dinero.
Violeta acudió hace unos meses a mi consulta…., esta sería la última vez, le habían diagnosticado un tumor epidermoide en la lengua, este tumor, le impedía comunicarse conmigo (no podía hablar), pero a través de su mirada...y con las palabras temblorosas que me escribía...trasmitía todo.
La visité en su casa una sola vez...necesitaba una sonda nasogástrica para alimentarse y
al mirarme, esbozaba una tenue y triste sonrisa.
Violeta tuvo una vida y una muerte muy injusta... no se lo merecía y me impacto mucho su muerte.
Hoy he intentado relataros parte de su injusta vida para hacerle un homenaje,... su vida fue injusta... como la de tantas personas...en este mundo…
Violeta no tenía dinero para tener amigas y menos para comprarse un ordenador, si hubiera tenido un ordenador habría disfrutado de muchos amigos cibernéticos sin necesidad de gastarse dinero...
El mensaje que quiero trasmitir con esta historia es claro: El ser humano necesita tener amigos, es vital comunicarse y relacionarse con otras personas, y debemos cuidar y conservar siempre una bonita amistad, cueste lo que cueste....
Astrapia.
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ResponderEliminarHola, Astrapia:
Me ha encantado tu modo de escribir.
Resulta muy agradable sumergirse en los tonos de tu dialéctica y la forma de desarrollar las ideas que expresas.
Hoy descubrí tu Blog. A partir de la semana que viene me podré aplicar a deleitarme visitando todas tus entradas.
Un abrazo desde Sevilla.
Angel Baña
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¡Buenos días Ángel!
ResponderEliminarTe agradezco que un hombre como tu, encuentre interesante mi blog...No me considero ni buena ni mala escritora, simplemente escribo
según mi estado de animo, pero como aquí estamos para crecer, intentare
ir mejorando gracias a comentarios como el tuyo.
Un saludo desde Madrid: Paloma.
¿Qué precisamos para tener amigos?
ResponderEliminarCreo que lo más fundamental es aceptarnos como somos, aceptar que somos lo que percibimos de nosotros, lo que vamos viendo de nuestras reacciones, de nuestros modos, sabiendo que nada fuera de nosotros nos condiciona y que la responsabilidad de nuestro modo de ser es sólo nuestra.
De esta manera no viviremos de expectativas falsas, de ilusiones que no llegan; al mismo tiempo, la consideración de nuestra propia realidad llenará parte de nuestra vida, lo cual hará que no "necesitemos" tanto a los demás. De esta manera, en lo que estemos con amigos, al saber estar también en nosotros mismos, el sentido de la amistad será para "compartir" inquietudes, mas no para acaparar y sentirnos algo a través de ellos.
No logro ver injusticias en la Vida (por mucho que me afane en buscarlas), pues agudizando nuestra percepción podemos vislumbrar cómo desde en sentir y operar interno de cada cual se van moviendo los hilos de sus circunstancias. Cuesta trabajo aceptar que nuestra esencia es "creadora" y que constantemente la estamos ejerciendo, aunque no sepamos en qué la aplicamos. Solemos vivir atentos sólo a lo que movemos con las manos y las palabras, y esto es ínfimo comparado con lo que generamos desde las actitudes anímicas en las que nos sumergimos en cada momento, en cada situación.
Dispénsame, Paloma, por la libertad que me he tomado compartiendo contigo el sentir que me ha movido lo que has expuesto a compartir en esta entrada de tu Blog. Pienso que el compartir es el mayor bien que podemos ir posibilitando, si en ello simplemente pretendemos aportar algo de lo que vamos llegando a ser en conciencia, y como fruto de lo que hemos captado del compartir del otro.
Un abrazo.
Angel
¡Gracias Ángel por tan emotivo comentario!
ResponderEliminarTienes razón en decir que lo fundamental radica en aceptarnos como realmente somos,
y no tratar de aparentar lo que no somos, pero hay momentos o situaciones en los que ni uno mismo sabe quien es.
Es bonito sorprendernos cuando reaccionamos ante un imprevisto, y estamos lucidos y respondemos de una manera correcta y adecuada, con respeto y educación.
Yo soy una mujer sincera y trato de actuar correctamente y si me preguntas que es lo que preciso para tener amiga-os, te diré que lo fundamental en esta etapa de mi vida es el tiempo.
Tampoco me gusta que la gente distorsione o transgiverse la palabra amistad, porque para mi un amigo es un amigo y es algo muy valioso y difícil de encontrar, por eso dicen que el que tiene un amigo tiene un tesoro…
Pero todo se complica cuando una persona solo quiere y ofrece amistad, pero la otra persona disfraza esa amistad cuando sus intereses son otros muy distintos que trata de ocultar, o no es capaz de sincerarse.
No tengo que dispensarte de nada, al contrario tus comentarios me halagan y estimulan para mejorar.
Gracias a ti por compartir tu opinión.
Un beso: Paloma.
“… para tener amigos lo que necesito es… tiempo”
ResponderEliminarSabes, Paloma, que el tiempo es un factor plenamente relativo, y depende de la subjetividad con la que contemplamos las situaciones que vivimos. Si “el tiempo no da para algo distinto de lo que hacemos”, es que lo que queremos hacer en ese tiempo que no tenemos (que no se estira más), no es oportuno en nuestra circunstancia actual, si es que aceptamos que lo que hacemos lo debemos hacer.
Supongo que dedicarás mucho tiempo, aparte de a tu trabajo, a tus hijos (por lo que he podido captar en alguna de tus entradas del blog). Esta dedicación, que tú valoras mucho, lleva ya mucho implícito lo que podrías recibir en las relaciones de amistad con otras personas, por lo que no te estás privando de algo esencial en ti, ya que por la parte afectiva o emocional estás recibiendo mucho, y seguramente de mayor cuantía y valor que lo que te ofrecerían amigos.
Otra cosa diferente es lo que precisas para compartir de inquietudes de ti misma y que no expresas en la relación con tus hijos. Pero este “compartimiento” (espacio en ti) no es tan grande y puede ser cubierto de manera suficiente si logras llevar tu vida con el suficiente orden como para percibirte dueña de tus diferentes situaciones cotidianas. Es por esto (doy porque llevas efectivamente tu vida con el necesario orden) que esa parcela la puedes ir cubriendo con conexiones esporádicas de amistades y sin mucho aplicación de tiempo.
“todo se complica cuando una persona solo quiere y ofrece amistad, pero la otra persona disfraza esa amistad…”
Sólo puede ofrecer amistad sincera la persona equilibrada en sí misma; cualquier otra condición de ser conllevará intereses añadidos, así que no te extrañe lo que encuentres si la persona en sí no puede ser íntegra en sí misma. Esto es algo que tendrás que analizar o percibir antes de abrirte a esa amistad, para no sufrir desengaños posteriores. Quien está seguro de sí mismo (o de sí misma), no tiene por qué jugar con más cartas que las visibles.
Por último, decirte que es muy útil el expresar abiertamente, como lo vienes haciendo, aquello que impacta en tu estado emotivo. Nada se pierde al sacar lo que vivimos dentro, sino todo lo contrario, pues lo veremos de mejor manera y se irá situando donde deba estar, especialmente si encuentra eco fuera de ti misma.
Un abrazo.
Angel